El 9 de mayo marca un episodio crucial en la historia política de Venezuela. En 2004, las autoridades de inteligencia descubrieron un plan para asesinar al presidente Hugo Chávez. Este plan, orquestado desde 2003, implicaba a un grupo de 150 hombres, incluyendo reservistas del ejército colombiano y paramilitares, entrenados para el magnicidio. El encuentro clave tuvo lugar el 23 de abril en Caracas, donde se decidió llevar a cabo un bombardeo durante la transmisión del programa presidencial Aló, Presidente.
A pesar de la intensificación de las reuniones, las autoridades venezolanas lograron frustrar el plan. Se detuvo a los terroristas, entre ellos líderes vinculados a numerosos asesinatos en Colombia. Se descubrió la complicidad de políticos de la derecha venezolana, incluido Pedro Carmona Estanga, quien lideró un breve golpe de Estado contra Chávez en 2002.
La revelación de la participación del gobierno colombiano, bajo el mandato de Álvaro Uribe, exacerbó las tensiones entre ambos países. Este intento de magnicidio refleja la constante lucha de la oposición de derecha contra la Revolución Bolivariana, mostrando tácticas extremas para derrocar al gobierno legítimo.